En qué trabajar como Ilustrador

Ilustración ¿En dónde trabajo?

La disciplina de la ilustración es un campo en constante expansión, capaz de llegar hasta donde los artistas deseen.
Hay una diferencia entre el éxito creativo y comercial; cada una de éstas áreas tiene sus propias estrategias. Para destacarse se necesita una combinación de habilidades, actitudes y conocimientos.

¿Dónde trabajan los ilustradores?
En un mundo en el cual nos encontramos rodeados de imágenes, ya no se limitan a la creación de las aplicaciones más obvias (libros y camisetas) sino también a usos más sutiles como decoración, ilustración en productos y publicidad.

·         Editorial: La ilustración editorial posee una gran tradición, y aunque las publicaciones impresas tienen una dura competencia con las plataformas digitales, en ambos medios se emplea la ilustración. Los encargos de éstos trabajos pueden provenir del director de arte o bien de la inspiración de la misma lectura. Ya que en ocasiones se debe trabajar en lapsos de tiempo ajustados por la velocidad de la publicación de las noticias, su aprobación puede ser una cuestión de horas.

·         Libros: El material gráfico se  encarga para ilustrar cubiertas y contenidos, con distintas especificaciones en cuanto a color y estilo, los plazos para la producción de contenido suelen ser generosos. Los clientes pueden ser editoriales de gran peso nacional o internacional, pequeñas empresas independientes o publicaciones de autoedición.


·         Novelas gráficas y cómics: Se publican principalmente en tres formatos:
o   Los ilustradores trabajan según las tarifas por páginas con personajes reconocidos y autorizados.
o   Entrega de un libro maqueta y ejemplos de material gráfico para su estudio y aprobación. Algunos artistas trabajan con un redactor y otros escriben su propio material.
o   Autoedición: Implica la publicación on-line o la producción limitada para venta independiente.

·         Diseño y Publicidad: Generalmente se encargan a través de una agencia o en nombre de un cliente final. Está abierto a diversas aplicaciones y alcance de los mismos.

·         Ilustración para pantalla: Contenido visual en juegos, páginas web, dispositivos móviles, medios sociales, televisión, etc. Incluye la creación de personajes, fondos y elementos interactivos.


·         Artistas conceptuales para el cine: Los artistas conceptuales son ilustradores autónomos especializados que dan vida a las primeras fases de una película para hacer visible la idea. Suelen trabajar en equipo con investigadores, dibujantes o directores. Suelen estar especializados en algún contenido determinado como creación de criaturas fantásticas o invención de paisaje.

·         Artistas conceptuales para juegos. Crean elementos visuales para juegos, se encargan del arte del concepto y los story boards. Normalmente son puestos asalariados a corto plazo.


·         Ilustración documental: Ilustración procedente de la investigación que proporciona la visualización del contexto con diversos objetivos. Registra y comenta hechos y circunstancias de actualidad. Se utiliza la creación de dibujos “in situ”.

·         Ilustración decorativa: Aplicada a distintos medios, suvenires y objetos de la vida cotidiana. No se debe confundir con la ilustración para merchandaising.


·         Ilustración para merchandaising: Creación de productos promocionales para artículos de papelería, cerámica, regalos, etcétera. Se crean ilustraciones para producir patrones sobre prendas, creaciones en masa o ediciones limitadas.

·         Ilustraciones de autor: Los ilustradores- autores crean su propio material como proyectos emprendidos por iniciativa propia sin una aplicación comercial inmediata. No siempre se necesita un cliente externo para comercializarlos. Suelen venderse a consumidores interesados en productos únicos con un toque artístico.

Hay una gran diversidad de campos para llevar a cabo la ilustración, pero para ello resulta imprescindible la promoción personal y desarrollo de capacidades.


Fuente: Cómo ser un buen ilustrador/ Derek Brazell y Jo Davies/ Editorial BLUME




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